El Dios eterno existe por siempre en tres personas, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Los tres son Uno, y no hay Dios fuera de Él. Él es santo y justo, bueno en todo lo que hace, soberano sobre todo, y nuestro bien.
Géneis 1:1, 26-27, Éxodo 34:6-7 Salmo 86:8–10, 15 Mateo 28:19
Jesucristo, Dios de Dios y Luz de Luz, es de la misma naturaleza del Padre y del Espíritu. Él vivió una vida perfecta como hombre, y se ofreció a sí mismo como sacrificio perfecto en una cruz. Él se levantó de entre los muertos al tercer día y su resurrección es la afirmación de su poder sobre el pecado y la muerte. Él ascendió a los cielos desde donde intercede por aquellos que creen estas verdades, hasta su próximo regreso como Rey.
Génesis 3:15, Isaías 9:6,
Juan 1:1-5, Colosenses 2:9-15
El Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, es de la misma naturaleza y esencia que el Padre y el Hijo. Él ha estado presente en el mundo desde el principio, y hoy habita dentro de los creyentes para traer convicción de pecado y apuntar a Cristo. Él nos da poder para vivir vidas que agraden a Dios y alejarnos del pecado, y nos da dones para servir al Señor y servirnos unos a otros en la Iglesia. Los cristianos buscamos vivir bajo Su guía y Su voluntad, para la gloria de Dios.
Hechos 1:8 Juan 14:16-17 Gálatas 5:16-18 Romanos 8:9-17
La Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento, es palabra de Dios para nosotros, escrito de manera sobrenatural por el Espíritu de Dios a través de hombres guiados por Él. En ella encontramos nuestra guía suprema de qué creer y cómo vivir. Ya que viene de Dios, no contiene error en nada de lo que dice. Leemos cada porción de la Escritura como un libro terminado, que nos habla del plan de Dios que culmina en Jesús.
Isaías 8:20 Salmo 19:7:14 2 Timoteo 3:15-17 2 Pedro 1:20-21
La salvación fue diseñada por Dios, desde el principio, como algo de fe. Adán y Evan vivirían en el jardín, en la presencia de la vida, mientras creyeran en las palabras de Dios. Pero Dios sabía que, como solo Él es Dios, no es un asunto de si las criaturas se equivocarían o no, sino de cuándo. En su gracia, Él diseñó todo desde la eternidad para otorgar salvación y perdón de pecados a aquellos que pongan su confianza en la persona de Jesús.
Génesis 3:15 Isaías 43:11 Efesios 2:8-10 Apocalipsis 7:10
Dios creó a la humanidad para existir para siempre. Aun cuando el pecado entró en la creación, en Su bondad y gracia Él ha preparado una morada eterna para que aquellos que crean en Jesús como Señor y Salvador puedan pasar la eternidad con Él. Este lugar es comúnmente referido como el cielo, y tendrá un gozo indescriptible y eterno en la presencia de Dios. Aquellos que vivan una vida de pecado sin arrepentimiento continuarán esta trayectoria, terminando en un juicio que les dará entrada a una eternidad sin la gracia de Dios.
Mateo 25:31-34, 41 Romanos 6:23 Hebreos 9:27 Apocalipsis 20:15
Sin importar quiénes somos o en qué momento de la vida estamos, Dios tiene planes para nosotros de Lunes a Lunes. A través de nuestros trabajos, estudios, conversaciones y servicios, Él está cumpliendo Su voluntad, y nosotros tenemos el gozo y privilegio de poder ser parte de ella. De manera especial, Él llama a sus hijos a predicar el evangelio y hacer discípulos en todo lugar, que den testimonio de su conversión a través del bautismo y vidas de conocimiento de Dios y obediencia a Él.
Génesis 1:26-27 Mateo 28:18-20 Efesios 2:10 Santiago 1:27